viernes, 19 de diciembre de 2014

Dietas para adelgazar:Comer y después sentir culpa

Comer y después sentir culpa

 

En el acto de comer, es muy común que las emociones pesen, ya sea por placer o por malestar. Comer en exceso o realizar algún desarreglo puede generar culpa no sólo en quienes están realizando un tratamiento para bajar de peso, sino también en personas que no sufren esta problemática.

¿Por qué sentimos malestar?
El origen de estos sentimientos puede deberse a una tendencia perfeccionista al control, una baja tolerancia a la frustración o un sentimiento erróneo de qué comer algo fuera del plan es perderlo todo.
Es común que al esforzarse y ponerse límites para no caer en la tentación, sintamos aún más deseos de comer y aumente la probabilidad de darse un atracón.

¿Es correcto sentirse culpable?
Lógicamente la respuesta es no. No está justificado. Es importante recordar que aprender hábitos de alimentación implica hacer cambios que son progresivos y lentos. Además, no podemos pretender negar la necesidad de darnos un gusto cada tanto. Pero por sobre todas las cosas, “errar es humano”, las tentaciones existen.

Algunas soluciones
Resulta efectivo llevar un registro de las comidas diarias para verificar si realmente hubo un exceso y de qué tipo fue. También es necesario registrar las emociones que sentimos antes y después de comer. Esto permite elaborar estrategias para evitar comer demás la próxima vez. Un ejemplo, es añadir una colación extra en el momento del día en que se siente más hambre.
Buscar un grupo de autoayuda o ayuda de profesionales puede resultar sumamente útil para alivianar esos sentimientos de culpa excesivos.

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